Etiquetado nutricional

El etiquetado nutricional es principalmente un medio de comunicación entre las empresas productoras de los alimentos y las personas que compran dicho producto en el que se pueden localizar todas sus propiedades, cualidades, métodos de conservación, uso y su nombre comercial entre otros. Toda la información que aparece en la etiqueta se basa en el valor energético de alimentos, su contenido de ingredientes, de hidratos de carbono, proteínas, grasas, sal, entre otros que sean de interés.
Lo que debe contener el etiquetado nutricional se recoge en dos Reglamentos: el Real Decreto 1334/1999, por el que se aprueba la Norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios y el Reglamento 1169/2011, sobre la información alimentaria facilitada al consumidor.
Este último manifiesta que un etiquetado nutricional debe contener una estructura basada en las leyes vigentes, por lo que debe tener en cuenta los siguientes elementos obligatoriamente:
Nombre del alimento.
Lista de ingredientes: se incluirán todos los ingredientes del alimento, en orden de mayor a menor cantidad de peso.
Ingredientes que causen alergias o intolerancias alimentarias: Éstas se destacarán en la lista de ingredientes con una tipología gráfica diferente al resto de ingredientes.
Cantidad neta del alimento: Es la cantidad de producto contenido en el envase, expresándose en unidades de volumen.

Fecha de consumo preferente es aquella hasta la que el alimento conserva sus propiedades cuando se almacena correctamente, o fecha de caducidad que es aquella a partir de la cual el producto no se considera seguro para la salud.
Nombre de la empresa.
Métodos de conservación y utilización.
Modo de empleo.
Lote.
Valor nutricional: el valor energético, y las cantidades de grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
País de origen del etiquetado.
Todos estos aspectos hacen referencia por 100 gr o 100 ml de producto. Además, el etiquetado para que cumpla su misión debe de ser claro y legible, por lo que existe un tamaño mínimo de fuente específico dependiendo de las dimensiones del producto.
La publicidad

- No es suficiente para conocer un producto.
- Presenta los productos de manera impactante y usa indebidamente el calificativo de "saludable".
- Induce al consumo de alimentos con gran contenido calórico y escaso valor nutricional, promoviendo cambios en los patrones de alimentación que fomentan la obesidad.
Ofertan productos nutricionalmente pobres y emplean recursos persuasivos, en el caso de los niños, la fantasía o algún regalo, centrando el mensaje más en el incentivo que en el alimento, dificultando la labor de los padres y educadores para promover una dieta saludable.
Varios estudios demuestran que la mayoría de los anuncios de alimentos procesados dirigidos a los niños son menos saludables que los dirigidos para adultos. Presumen de tener calcio o vitaminas mientras promocionan un exceso de sal, azúcares y grasas. Es importante aprender a diferenciar la información objetiva de la publicidad dentro de un anuncio.
